Una evaluación previa a la construcción
Antes de iniciar la construcción, la obra se sometió a una evaluación de impacto ambiental y social (EIA) obligatoria, llevada a cabo por profesionales expertos. Esta evaluación analizó la geología, la hidrología, la flora y la fauna, entre otros componentes, con el fin de evaluar los impactos potenciales de las actividades mineras en el medio ambiente y definir estrategias de prevención y mitigación durante la vida útil de la mina. Los resultados indicaron un impacto mínimo en la flora y la fauna debido a la baja densidad de vegetación en la zona. Este estudio se renueva cada dos años.
Las especies animales locales, como las vicuñas y los guanacos, se adaptan a los cambios estacionales en busca de agua y alimento. Durante el verano, migran a altitudes más elevadas, mientras que en invierno buscan altitudes más bajas para evitar el frío.
Para prevenir y minimizar los posibles impactos, Eramine realiza un monitoreo medioambiental cuatro veces al año en ubicaciones específicas cerca de la ubicación del proyecto, según lo dispuesto por la autoridad reguladora. Este monitoreo permite evaluar el estado de la biodiversidad, la microbiología y la calidad del aire, entre otros factores. Todos estos análisis confirman que el proyecto no ha provocado ningún impacto significativo o alteración de las condiciones iniciales registradas.
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Eramine realiza un monitoreo medioambiental cuatro veces al año cerca de la ubicación del proyecto.
